Si algo las hace diferente al resto de flores es ese contraste entre fortaleza y belleza: La rosa mas explendida suele hallarse custodiada por las espinas mas afiladas. A veces estan tan escondidas que cuesta verlas pero cuando encuentras una puedes acercarte... maravillarte con su belleza... embriagarte con su aroma... pero no puedes cogerla . Son así: Hermosas en su estado salvaje.
Siempre he sentido pena cuando se corta una rosa, cuando le arrebatan de su rosal, cuando le quitan sus espinas... se que no tardará mucho en morir... desnuda, despojada de su fuerte caracter empieza a perder su color, su aroma, su vigor. Muere siendo un despojo como Cristo murió en la cruz. Y la ves morir impotente.
Es curioso ver que hay personas que se parecen tanto a las rosas: un corazón cálido y fuerte rodeado por unas afiladas espinas. Embriagado por esa fuerza y esa belleza uno no puede más que desear acercarse aun a riesgo de salir lastimado. Sólo puedes acercarte cuando esas personas apartan sus espinas.
Si algún dia estás lo suficientemente cerca como para arrancar una ¡¡¡No lo hagas!!! si arrebatas a esas personas sus espinas, si las arrancas de su rosal, si intentas cambiarlas egoistamente, haciendo que sean diferentes...veras como se marchitan y mueren quedando un despojo de lo que un dia fueron.
Las rosas son rosas, no margaritas, las personas son como son, no como deseamos que sean. Si eres capaz de entender lo que digo busca entre las espinas de la gente y puede que algún dia alguien te deje ver la rosa que se esconde.